Nacida de la necesidad de velocidad y de desplazamientos eficientes, la autopista se ha convertido en un símbolo de la ingeniería alemana y de la libertad sobre ruedas. Este sistema de autopistas, que tiene sus orígenes en la década de 1920, fue el primero en decir: "Oye, ¿por qué no ir rápido, pero realmente rápido?". Con una longitud de más de 13.000 kilómetros, no es solo una carretera; es un viaje a través de la eficiencia.
Límites de velocidad: la verdad al descubierto
Reúnanse, fanáticos de la velocidad y conductores dominicales, para desmentir el mayor mito de la autopista: que es una tierra sin ley y con velocidad ilimitada. Si bien es cierto que en ciertos tramos de esta utopía automovilística no hay límites de velocidad, no es una zona libre. ¡Imagínense el caos! No, la autopista tiene velocidades "recomendadas" de 130 km/h (aproximadamente 81 mph para nuestros amigos que no saben medir bien las medidas). Pero tengan cuidado, algunas áreas están reguladas de manera más estricta que el tejido de su abuela, con límites basados en el clima, el tráfico y, sí, el sentido común.
Pero algunas de ellas no lo están...