El Supermarine Spitfire es el avión de combate más famoso de la historia británica. Inspirándose en sus veloces diseños de hidroaviones para las carreras del Trofeo Schneider de los años 1920 y 1930, el jefe de diseño RJ Mitchell diseñó el Spitfire para satisfacer la necesidad de la Royal Air Force de contar con un avión de alto rendimiento que pudiera destruir a los nazis.
El Spitfire realizó su primer vuelo en 1936 y, el 4 de agosto de 1938, ya surcaba los cielos con el escuadrón número 19 de la RAF. Inicialmente, estaba propulsado por el motor Rolls-Royce Merlin, pero las versiones posteriores se modernizaron considerablemente con el Rolls-Royce Griffon.
Lo que realmente diferenciaba al Spitfire eran sus alas elípticas, que proporcionaban a los pilotos una agilidad inigualable y una velocidad máxima que superaba las 440 mph, lo que le aseguraba un lugar entre los cazas más rápidos de la historia. Este ágil avión de guerra fue decisivo en la Batalla de Inglaterra de 1940, donde su velocidad, agilidad y armamento contribuyeron a una de las victorias más cruciales de la Segunda Guerra Mundial.
Las mejoras constantes mantuvieron al Spitfire a la vanguardia, mostrando la innovación y la resistencia británicas. Más que un avión icónico, el Spitfire encarna lo que se puede lograr con una devoción inquebrantable por el hogar y la gente.