Imagine un coche de carreras que no solo devorara asfalto, sino que tambiĂ©n tuviera un talento Ăşnico para llamar la atenciĂłn con su sinfonĂa de motores poco convencional.
El 787B hizo exactamente eso, y mucho más.
Mientras que la mayorĂa de los coches de carreras de la Ă©poca contaban con motores convencionales, esta oveja negra japonesa se destacaba por su rugido rotatorio, un sonido quejumbroso que podĂa hacer sonreĂr incluso al más apasionado de los motores.
SIEMPRE HAY
UNA PRIMERA (Y ĂšLTIMA) VEZ
Sin embargo, el triunfo durĂł poco: en 1992, la FIA prohibiĂł los motores rotativos en la máxima categorĂa de las competiciones de coches deportivos, en un esfuerzo por crear un campo de juego más equilibrado entre los competidores y mantener la diversidad de tecnologĂas de motores en las carreras de resistencia.
VITAMINA C (PARA COLOR)
El 787B suele ser recordado por su distintivo diseño naranja y verde, que incluye el destacado patrocinio de Renown, una marca de ropa japonesa. Se rumorea que el color naranja se eligiĂł porque se parecĂa mucho al color de la bebida favorita del patrocinador: el jugo de naranja.
UNA JOYA RARA
Solo se construyeron dos chasis del 787B para
competir. Tras la victoria en Le Mans, uno de los coches
se retirĂł y el otro siguiĂł participando en
diversas pruebas. La producciĂłn limitada aumenta la
rareza y exclusividad del 787B.